Archive for abril, 2009

Desafio intelectual

Hace pocos dias envié a algunos de vosotros, -de los que tengo correo a los que creí que les gustaría- un correo que me había enviado un amigo.  Era una página a la que sólo se podía entrar escribiendo la contraseña. Y esta contraseña es el número siguiente de una serie. A los pocos minutos, Marta, desde Liverpool, me contestó diciendo que ya había visto mi nombre dentro de la página. No es díficil para los matemáticos, de los que tantos hay en la Hermandad, pero os doy la serie:

1, 2, 6, 42, 1806, …… ¿qué número sigue?

Jotaerre

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Animando, que es gerundio

Con ánimo de que se anime este blog desanimado, quiero animaros contándoos una historia verídica muy cachonda. Bueno, verídica, verídica, no sé si lo es, pero sí que es verdad  que mi amigo Manolo L.  la cuenta como cierta.

Mi amigo Manolo es un tío muy cachondo y dice que la ha protagonizado él mismo. Es esta:

Resulta que Manolo llamaba a un amigo y se equivocó al marcar. Se dió cuenta cuando le contestó un pavo con muy malas pulgas, de muy mala manera y con muy mal rollo.

– «¿Arturo?» -» No. No soy Arturo, gilipoyas. Marca bien y no me toques los c…,  atontao.» Y colgó.

Mi amigo Manolo-dice él- colgó el teléfono cabredo. Aquel imbécil lo había puesto de mala leche. Vió  que había marcado un nueve en vez de un seis. Anotó el número equivocado al que había llamado y puso como nombre: «hijo de p….»

Desde ese día, cada vez que estaba cabreado y quería desahogarse, marcaba el número equivocado y le decía al hijo de p… – «¡Hijo de p…. Eres un hijo de p….¡»  Y colgaba sin dar tiempo a nada más.

Esta operación la fue repitiendo durante un año largo. Discutía con su mujer y llamaba al hijo de p… Su hijo le traía malas notas, llamaba al hijo de p… – «Hijo de p…, que eres un hijo de p….»

Y se quedaba como nuevo mientras suponía a aquel maleducado cabreado sin saber con quíen.

En eso que un día iba a aparcar su coche en un espacio milagrosamente libre cuando un tipo que estaba detrás de él en un Golf negro, hizo una maniobra rapidísima y se le coló y le arrebató el apetecido aparcamiento. Se cabreó como una mona y le llamó la atención con educadas palabras, pero el tipo del Golf negro se alejó sin mirarlo y, desde lo lejos, levantó la mano cerrada con el dedo corazón apuntando al cielo. » Jódete, capullo», le decía el dedo enhiesto de aquel nuevo hijo de p…

Aparcó donde pudo y sus pasos le llevaron de nuevo al Golf negro aparcado en «su» sitio. Entonces se fijó en el letrero que tenía pegado en el cristal trasero: «Se vende. Llamar a Ricardo. Tel. tal.» Anotó el número y apuntó: «Hijo de p… 2».

Durantes los siguientes diez o doce dias estuvo alternando uno y otro teléfono para desahogarse. -«Hijo de p…»- le decía al 1.  Colgaba y marcaba el otro. -«Hijo de p… Eres un hijo de p…», al 2.

Aquello estaba bien, pro ya empezaba a parecerle monótono. Entonces se le ocurrió la Gran Idea.

Llamó al del Golf en venta, cambió la voz  y le dijo que había visto el anuncio del coche y que le interesaba. Hijo de p… 2, al que Manolo llamó esta vez amablemente Ricardo, le citó a las cinco en la puerta de su casa,  calle tal, número tal. «Toca el timbre del 3º 1ª  y bajaré a la puerta a enseñarte el coche.»

Acto seguido llamó al Hijo de p…. 1. -» Hijo de p….. Eres un hijo de p…», pero esta vez no colgó. Oyó cómo le decian mil insultos y cómo le retaban a dar la cara y cómo se la iban a partir en mil pedazos y cómo iban a quedar sus huesos de rotos y jodidos. Aceptó el reto y le dió hora, dirección y nombre.. – Apunta, hijo de p.. Me llamo Ricardo y vivo en la calle tal, número tal.  A las cinco estaré en casa. Llama al timbre del 3º 1ª y bajaré a ver si es verdad que me haces tantas cosas, chulo de mierda».

Y aquí mi amigo Manolo dice que se quedó en su casa imaginado la escena que ocurriría a las cinco de la tarde, en el portal de la calle tal, número tal.

Pero yo creo que Manolo se acercó al lugar de la cita entre los dos hijos de p… , y discretamente, desde la acera de enfrente, presenció el espectáculo, porque cuando cuenta esta historia acaba siempre con una risita de placer que no la puede producir sólo la imaginación.

Y esta es la historia que os quería contar.

Si non e vero e ben trovato

Jotaerre

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Mas recuerdos familiares

Desde hace días, me viene rondando en la cabeza un chascarrillo versificado y musicado que recitaba nuestro padre, Juan y posteriormente nustro hermano Paco con esa delectación propia que les caracterizaba a ambos.
Dice así:
Una suegra yo tenía que arañaba,
pero, pronto, la diñó del escorbuto;
y el idiota de mi suegro, a moco y baba,
la lloró con desconsuelo, ¡vaya un bruto!
Mas, cansado de llorar amargamente,
de repente, le cesó la pene negra
y contrajo matrimonio nuevamente.
De manera que ya he vuelto a tener suegra.

Bueno, pues eso. Ya que el blog está un poco desangelado, a ver si se alegra algo.
Ah! y de lo nuestro, todavía no sabemos el día ni la hora. Os tendremos informados.
Muchos besos.
Antonio G1

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