Iniciamos la vuelta. Abandonamos este planeta, el tercero de la estrella Q602H55, con la misión cumplida. Mi subalterno Gzxqtr y el que esto escribe, el comandante Ggnbq, nos sentimos muy satisfechos por el trabajo realizado.
Llegamos hace dos dias solares. Fuimos directos al lugar de emisión de las secuencias sonoras y efectivamente, tal y como habián supuestos nuestros sabios, se trataba de una raza inteligente. La cadencia de sonidos uno-espacio-tres-espacio-cinco-espacio-siete-once-espacio largo para volver a comenzar uno-espacio-tres…. no podía ser fruto de un azar natural. Nada sin intelegencia podía producir los primeros números indivisibles por azar. En este planeta existió una especie inteligente y volvemos sabiéndolo todo de ella.
Nada más aterrizar, mi subalterno y yo descubrimos la fuente de las emisiones sonoras. Aunque debilitadas por el paso de tantos millones de años, eran producidas por una especie de emisor atómico y las habían programado para que, como ha pasado, alguna otra especie inteligente las hallara algún día y pudiera saber de la existencia de esta raza, de sus costumbres, leyes y modo de vida.
Dentro de una caja perfectamente conservada gracias a su envoltura hermética, se encontraban tres documentos dejados para el conocimiento futuro.
El primero no nos servía para nada. Era un montón de láminas finas agrupadas en medio de dos tapas gruesas. Las hojas estaban llenas de signos por ambas caras. Estos signos debían representar los sonidos con los que se comunicaban. Seguramente en ellos reflejan datos de su mundo y de su especie pero, desgraciadamente, los códigos fonéticos nunca los hemos podido descrifar; distinto sería si hubieran simbolizado ideas, como los nuestros.
El segundo era un pequeño disco rígido. Nuestro analizador ha descubieto que era una especie de almacen de ruidos. Hemos podido reproducir su sonido y no eran palabras de la especie dominante ni de ningún otro ser natural porque son sonidos sin voz; sus longitudes de onda demuestran que están producidos por unos instrumentos metálicos y por otros con cuerdas que, al vibrar, producen superpuestos unos a otros, una especie de ruido con una secuencia que no llega nunca a ser previsible. Gzxqtr opina que debían ser producidos para deleite de estos seres. Tampoco nos puede decir nada útil sobre esta raza y lo hemos dejado allí.
Pero el tercero es un tesoro. No ha sido fácil identificarlo y mucho menos reproducirlo, pero ha valido la pena. Se trata de una grabación donde se ve perfectamente al ser que dominó este planeta hace millones de años. En esta grabación aparece este ser. Se mueve, habla, gesticula, se relaciona con otros seres iguales a él, de diferentes edades y de ambos sexos. Es un ser bípedo, camina erguido, tiene dos extremidades superiores con las que se sirve para todo. En su cabeza redondeada tiene dos protuberancias en la cara, bajo los ojos, con las que habla y gesticula. Gracias a este documento nuestros sabios lo sabrán todo, absolutamente todo, sobre él.
Lo único que no sabremos jamás es qué dice el único texto escrito que aparece en el film: «Una historia del Pato Donald. Es una producción de Walt Disney».
Jotaerre. El incansable.